martes, 19 de junio de 2007

JESUS DE NAZARET


JESUS DE NAZARET





El Ministerio de Jesucristo




Después de setenta años de cautividad, el Señor permitió que Su pueblo regresara a Israel. Sólo un grupo pequeño regresó, pero ellos así como los judíos en otras partes, todavía vivián bajo la ley de otras naciones...

Quinientos años después, cuando Roma gobernó Israel, dos judíos jóvenes llamados Jose y Maria, descendientes del rey David, planearón casarse. Pero antes que ellos vivieran juntos, Maria fue embarazada a través del poder del Espíritu Santo de Dios.



Entonces un ángel del Señor le aparecío a Jose en un sueño, diciendo, "Jose, no te preocupes por tomar a Maria como tu esposa: El Niño en ella se concibió por el Espíritu Santo. El Niño es el Hijo de Dios. Y cuando ella de nacimiento a este hijo, tu debes nombrarle 'Jesus' que quiere decir El Salvador porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados.

Esto pasó como el profeta Isaias había predicho, 'El Señor mismo te dará una señal; Una virgen tendrá a un hijo, y ellos le llamarán Emmanuel que quiere decir Dios con nosotros.'"
Jesús nació en un establo, en una ciudad llamada Belén. Jose y Maria tenían que viajar a la ciudad de Belén para un censo y pagar sus impuestos. En Belén, Maria dio a luz a su hijo primogénito a quien ellos nombraron Jesús. Así, como fué profetizado, Jesús nació en Belén, siendo descendiente del Rey David.

Y en la misma región, habían pastores vigilando sus rebaños por la noche. Y el ángel del Señor vino a ellos, y la gloria del Señor brilló a su alrededor. Y ellos estabán muy asustados. Entonces el ángel dijo, "no tengan miedo, yo traigo buenas noticias de gran alegría, para toda la gente. Hoy nació un Salvador para ustedes qué es Cristo El Señor."
Y el niño creció, poniéndose fuerte en el espíritu; y la gracia de Dios estaba en Él. Jesús maduró, aumentando en sabiduría, en el favor de Dios y hacia la humanidad.





Cuando Jesús tenía aproximadamente treinta años de edad, Juan el Bautista vino, predicando y bautizando en el desierto, diciendo, "Arrepiéntense: Preparanse para El Señor."


Juan era el mensajero que los profetas habían predicho que anunciaría la venida del Salvador. Entonces Jesús vino al río de Jordan para ser bautizado por Juan. Y cuando Juan vio que Jesús venía, dijo, "Miren, este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo."
Y Jesús, cuando fue bautizado, salió del agua, y los cielos se abrieron a Él, y Él vio el Espíritu de Dios descender como una paloma y iluminarlo a Él. Y una voz del cielo dijo, "Éste es mi Hijo amado en quien yo estoy complacido."



Entonces, después que Jesús se pasó cuarenta días en el desierto, Satanás que había tentado a Eva con éxito en el Jardín trato por muchas maneras de tentar a Jesús--pero Jesús no pecaría.


Finalmente, Satanás tomó a Jesús a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria. Entonces Satanás dijo, "Todas estas cosas yo te daré, si tu te caerás y si me rendierás adoración."








Jesús contestó, "Apartate de mí, Satanás: porque Dios ha escrito que 'Tu le rendirás adoración al Señor Tu Dios, y Él sólo debes tu servir.'"

Asi que Jesús, el hijo de Dios, mientras estuvo en la tierra en la forma de un hombre, Él fue tentádo en la misma manera que somos nosotros. Pero, Él nunca pecó.




Así, dónde Adán falló, Jesús tuvo éxito. Esto mostró de hecho que Jesús podría ser El Salvador de la humanidad--Sacrificado como cordero pero enviádo por Dios.










Jesús se reveló de muchas maneras como El Salvador prometido, incluso con milagros innumerables. En una fiesta de bodas, Él transformo el agua en vino. Él sanó a un hombre que había sido invalido por treinta y ocho años.

Jesús curó a un hombre leproso diciéndole, "Sé limpio". E inmediatamente fue curado. Un hombre leproso--un intocable--vio a Jesús y se postró, diciendo, "Señor, si tu quieres, puedes hacerme limpio."


Jesús extendió su mano y lo tocó, diciendo, "Sé limpio". E inmediatamente la lepra lo dejó.
Jesús dio la vista a un hombre que había sido ciego de nacimiento.




Una mujer que por doce años tenía una enfermedad que los doctores no podían sanar, extendió la mano y tocó la túnica de Jesus. Él se volvió, diciendo, "Hija, no te preocupes. Tu fe te ha salvado; ve en paz."
Y los que padecian diferentes enfermedades se los trajeron a Él, y Él los sanó a todos.


Jesús llamó doce hombres, para que lo siguieran. Él les dio el poder y autoridad sobre los diablos, y Él mandó a estos discípulos que predicaran acerca del reino de Dios, y a sanar los enfermos.
Su fama fue por todas partes, y las muchedumbres vinieron a oír lo que enseñaba y a ser sanadas de sus enfermedades.

Cuando una multitud de cinco mil personas necesitó comida, Jesús oró sobre el almuerzo de un joven que tenia pan y peces. La comida fue multiplicada milagrosamente, la multitud comió, y sobrarón doce canastas de comida.
Pero la gente siguio pidiendo más prueba que Jesús era de Dios. Ellos dijeron, "Nuestros antepasados comieron maná en el desierto. Esta escrito en las Escrituras, 'Él les dio pan del cielo para comer.'"



Jesús contestó, "El pan de Dios es Él, quién baja del cielo y le da vida al mundo."
Las personas dijeron, "Señor, danos este pan siempre."

Jesús contestó, "Yo soy el pan de vida: él que viene a mí nunca tendrá hambre; Él que cree en mí nunca tendrá sed." Jesús profetizó que Él sufriría muchas cosas y sería rechazado por los lideres, los principales sacerdotes, y los escribas, y que lo matarían, y resucitaría de la muerte en el tercer día.









domingo, 10 de junio de 2007

JUAN PABLO II





S.S. JUAN PABLO II EL GRANDE

1920 - 2005

"El amor es mas fuerte que la muerte"(Cantar de los Cantares,8)"Su Santidad Juan Pablo II es testigo viviente del amor oblativo y abnegadode los Corazones de Jesús y María" (Madre Adela Gali


Su VidaNació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, sur de Polonia. Su familia estaba conformada por su padre Karol Wojtyla, un militar del ejército austro-húngaro, su madre, Emilia Kaczorowsky, una joven sileciana de origen lituano, y un hermano adolescente de nombre Edmund.
Los padres de Karol Wojtyla lo bautizaron a los pocos días de nacer en la iglesia de Santa María de Wadowice. A los 9 años de edad recibió un duro golpe: el fallecimiento de su madre al dar a luz a una niña que murió antes de nacer. Años más tarde falleció su hermano y en 1941 murió su padre.

De joven, el futuro Pontífice mostró una gran inquietud por el teatro y las artes literarias polacas tan grande que aún en el colegio pensaba seriamente en la posibilidad de continuar estudios de filología y lingüística polaca. Sin embargo, un encuentro con el Cardenal Sapieha durante una visita pastoral, le hizo considerar seriamente la posibilidad de seguir la vocación que tenía impresa -entonces aún sin develarse plenamente- en el corazón: el sacerdocio.

Al desatarse la Segunda Guerra Mundial, los alemanes cerraron todas las universidades de Polonia con el objetivo de invadir no sólo el territorio sino también la cultura polaca. Frente a esta situación, Karol Wojtyla con un grupo de jóvenes organizaron una universidad clandestina en donde estudió filosofía, idiomas y literatura. Poco antes de decidir su ingreso al seminario, el joven Karol tuvo que trabajar arduamente como obrero en una cantera. Según relata el hoy Pontífice, esta experiencia le ayudó a conocer de cerca el cansancio físico, así como la sencillez, sensatez y fervor religioso de los trabajadores y los pobres.
En 1942 ingresó al Departamento Teológico de la Universidad Jaguelloniana. Durante estos años tuvo que vivir oculto, junto con otros seminaristas, quienes fueron acogidos por el Cardenal de Cracovia.

El 1 de noviembre de 1946, a la edad de 26 años, Karol Wojtyla fue ordenado sacerdote en el Seminario Mayor de Cracovia y celebró su primera misa en la Cripta de San Leonardo en la Catedral de Wavel. Al poco tiempo obtuvo la licenciatura de Teología en la Universidad Pontificia de Roma Angelicum y más adelante se doctoró en Filosofía. Durante algún tiempo se desempeñó como profesor de Ética en la Universidad Católica de Dublin y en la Universidad Estatal de Cracovia, donde interactuó con importantes representantes del pensamiento católico polaco, especialmente de la vertiente conocida como "tomismo lublinense".
El 23 de setiembre de 1958 fue consagrado Obispo Auxiliar del Administrador Apostólico de Cracovia, Monseñor Baziak, convirtiéndose en el miembro más joven del episcopado polaco. Asistió al Concilio Vaticano II, donde participó activamente, especialmente en las comisiones responsables de elaborar la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium y la Constitución pastoral Gaudium et Spes. Durante estos años, el entonces Obispo Wojtyla combinaba la producción teológica con una intensa labor apostólica, especialmente con los jóvenes, con quienes compartía tanto momentos de reflexión y oración como espacios de distracción y aventura al aire libre.
El 13 de enero de 1964 falleció Monseñor Baziak por lo que el obispo Wojtyla ocupa la sede de Cracovia como titular. Dos años después, el Papa Pablo VI convierte a Cracovia en Arquidiócesis. Durante su labor como Arzobispo, el futuro Papa se caracterizó por la integración de los laicos en las tareas pastorales, la promoción del apostolado juvenil y vocacional, la construcción de templos a pesar de la fuerte oposición del régimen comunista, la promoción humana y formación religiosa de los obreros y el aliento del pensamiento y las publicaciones católicas.
En junio de 1967, a los 47 años de edad, el Arzobispo Wojtyla fue creado Cardenal por el Papa Pablo VI. En 1974, el nuevo Purpurado ordenó a 43 nuevos presbíteros, en la ordenación sacerdotal más numerosa desde que terminó la Segunda Guerra Mundial.
En 1978 muere Pablo VI y es elegido nuevo Papa el Patriarca de Venecia, Cardenal Albino Luciani, de 65 años, quien tomó el nombre de Juan Pablo I. El "Papa de la Sonrisa", sin embargo, fallece a los 33 días de su nombramiento. El 16 de octubre de 1978, luego de un nuevo Cónclave, el Cardenal polaco Karol Wojtyla es elegido como el sucesor de San Pedro, rompiendo con la tradición de más de 400 años de elegir Papas de origen italiano. El 22 de octubre de 1978 fue investido como Sumo Pontífice asumiendo el nombre de Juan Pablo II.


BIOGRAFIA OFICIALKarol Józef Wojtyła, conocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia, el 18 de mayo de 1920.

Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de que naciera él.Fue bautizado por el sacerdote Franciszek Zak el 20 de junio de 1920 en la Iglesia parroquial de Wadowice; a los 9 años hizo la Primera Comunión, y a los 18 recibió la Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita de Wadowice, se matriculó en 1938 en la Universidad Jagellónica de Cracovia y en una escuela de teatro.Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania.A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, siguió las clases de formación del seminario clandestino de Cracovia, dirigido por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha. Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del "Teatro Rapsódico", también clandestino.Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el seminario mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia el 1 de noviembre de 1946 de manos del Arzobispo Sapieha.Seguidamente fue enviado a Roma, donde, bajo la dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange, se doctoró en 1948 en teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz (Doctrina de fide apud Sanctum Ioannem a Cruce). En aquel período aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio pastoral entre los emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda.En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada "Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler". Después pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social en el seminario mayor de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo titular de Olmi y Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral del Wawel (Cracovia), de manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak.El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI, quien le hizo cardenal el 26 de junio de 1967, con el título de San Cesareo en Palatio, Diaconía elevada pro illa vice a título presbiteral.Además de participar en el Concilio Vaticano II (1962-1965), con una contribución importante en la elaboración de la constitución Gaudium et spes, el Cardenal Wojtyła tomó parte en las cinco asambleas del Sínodo de los Obispos anteriores a su pontificado.Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó solemnemente su ministerio petrino como 263 sucesor del Apóstol Pedro. Su pontificado ha sido uno de los más largos de la historia de la Iglesia y ha durado casi 27 años.Juan Pablo II ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu misionero, dedicando todas sus energías, movido por la "sollicitudo omnium Ecclesiarum" y por la caridad abierta a toda la humanidad. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia, y 146 por el interior de este país. Además, como Obispo de Roma, visitó 317 de las 333 parroquias romanas.Más que todos sus predecesores se encontró con el pueblo de Dios y con los responsables de las naciones: más de 17.600.000 peregrinos participaron en las 1166 Audiencias Generales que se celebran los miércoles. Ese numero no incluye las otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas [más de 8 millones de peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000] y los millones de fieles que el Papa encontró durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo. Hay que recordar también las numerosas personalidades de gobierno con las que se entrevistó durante las 38 visitas oficiales y las 738 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 246 audiencias y encuentros con Primeros Ministros.Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994.Juan Pablo II promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís.Bajo su guía, la Iglesia se acercó al tercer milenio y celebró el Gran Jubileo del año 2000, según las líneas indicadas por él en la carta apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó después a la nueva época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica Novo millennio ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo futuro. Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia. Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy, que sirvieran de estímulo a los hombres de nuestro tiempo: celebró 147 ceremonias de beatificación -en las que proclamó 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Proclamó a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la Iglesia.Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales (más uno "in pectore", cuyo nombre no se hizo público antes de su muerte) en 9 consistorios. Además, convocó 6 reuniones plenarias del colegio cardenalicio.Presidió 15 Asambleas del Sínodo de los obispos: 6 generales ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994 y 2001), 1 general extraordinaria (1985) y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 (2) y 1999). Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas. Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II. Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana.Publicó también cinco libros como doctor privado: "Cruzando el umbral de la esperanza" (octubre de 1994);"Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal" (noviembre de 1996); "Tríptico romano - Meditaciones", libro de poesías (marzo de 2003); “¡Levantaos! ¡Vamos!” (mayo de 2004) y “Memoria e identidad” (febrero de 2005).Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Misericordia Divina.Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro.El 28 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.





Peregrino de la Paz



Por encima de credos, religiones e ideologías, Juan Pablo II encarnó más y mejor que nadie la lucha por la paz. Pontífice significa, etimológicamente, el que tiende puentes y, en esta tarea, brilló como nadie el Papa Wojtyla desde que llegó al solio pontificio hace 25 años. De hecho, medios de comunicación y líderes políticos y religiosos de todo el mundo le reconocían abiertamente su bien ganado prestigio como hombre de paz, pacífico e incluso pacifista.
Por defender la paz y las vías de diálogo para resolver los conflictos, el Papa no dudó en enfrentarse a los grandes de turno de este mundo. Primero, le plantó cara durante la Guerra del Golfo al entonces presidente de Estados Unidos, Bush padre. Y después hizo lo mismo con Bush hijo en la guerra de Irak. Siempre de la boca del profeta de la paz salían proclamas pacifistas: «La guerra es el peor de todos los males»; «primado del amor sobre el odio»; «los artífices de la guerra tendrán que dar cuentas ante Dios y ante la Historia»; «la guerra es Satanás»; «la guerra nunca más».
El 'no a la guerra' papal ha ido indisolublemente unido al ecumenismo. El Papa de la paz fue también el Papa de Asís, donde se reunió en varias ocasiones con los líderes de todas las confesiones religiosas. Convencido de que, en contra de lo que dice la historia y sostienen muchos pensadores, las religiones son «fuentes de paz, concordia y libertad», el Papa Wojtyla siempre apostó por el diálogo entre todas las confesiones religiosas de la Tierra. Primero, en el seno del cristianismo. Siempre fue partidario del «que todos fueran uno» de Jesucristo y siempre clamó que la «desunión» es el «mayor escándalo» de los cristianos. Fueron evidentes sus acercamientos a protestantes y ortodoxos, aunque no fue capaz de derribar el 'muro de Moscú', uno de los sueños que no pudo cumplir.
En segundo lugar, su afán ecuménico se centró especialmente en las otras dos religiones del Libro (judaísmo e islamismo). Todavía se recuerda en Jerusalén su oración ante el Muro de las Lamentaciones y el papelito que depositó en una de las ranuras de las piedras del mismo pidiendo perdón al pueblo judío. Pero quizás, con la religión con la que extremó los detalles y vínculos fue con el islam. Karol Wojtyla fue el primer Papa de la Historia en entrar en una mezquita, la de Damasco, en recibir a ayatolás e imames en el Vaticano y en utilizar cualquier foro para oponerse con todas sus fuerzas al choque de civilizaciones y a la confrontación islamo-cristiana. No en vano, le llamaban también el 'Papa del Corán'.
Su infatigable defensa de la paz reforzó su autoridad moral, ya previamente sin parangón ante gran parte de la opinión pública católica y no católica, convirtiéndose en el indiscutible líder espiritual del mundo. Tanto fue así que la propia Izquierda Unida, que no destaca precisamente por ser papista, presentó una proposición no de ley en el Congreso, en la que reclamaba al Gobierno que iniciase el procedimiento para la concesión de la Gran Cruz de Isabel la Católica al Papa por su «enérgica condena de la guerra de Irak». Y la formación política izquierdista añadía: «Sus deseos de paz, sus oraciones buscando una solución pacífica a los jefes de Gobierno de España, Reino Unido y Estados Unidos han representado un punto de referencia para los ciudadanos de toda la Tierra».
Y es que el Papa Wojtyla vivió en su propia carne los horrores de la guerra. «Yo sobreviví a la Segunda Guerra Mundial y por ello debo decir nunca más a la guerra», proclamaba justo antes de iniciarse la guerra de Irak. Por convencimiento y por experiencia, Juan Pablo fue el Papa de la paz.



MÉXICO.- Uno de sus primeros viajes como Pontífice fue a este país, en 1979. Mostró sus discrepancias con la Teología de la Liberación, que aquellos años alcanzaba su máxima aceptación en Latinoamérica. El Papa manifestó en Ciudad de México, Guadalupe, Puebla y Guadalajara, ante enormes masas de gente sin recursos, su desacuerdo con la solución de la lucha revolucionaria, que muchos sacerdotes de Iberoamérica apoyaban. La imagen pertenece a un viaje más reciente a este mismo país.
¡Descanze en paz Nuestro Papa peregrino!
SE HA LLEVADO NUESTRO CORAZÓN.

lunes, 28 de mayo de 2007

ALEJANDRO MAGNO

                             Alejandro Magno
Alejandro Magno es, tal vez, uno de los personajes que mayor fuerza e impacto ha habido en toda la historia. Considerado casi como un semidiós y/o un héroe de leyenda, Alejandro llegó a convertirse ya, desde la Edad Media en todo un gran personaje. Un héroe de fábula, pero un héroe real.
Alejandro era hijo de Filipo de Macedonia, uno de los soberanos y políticos más y astutos de que se tenga memoria. Algunos sostienen, sin embargo, que la gloria de Alejandro se debe exclusivamente a su padre y a las situaciones imperantes, en aquél tiempo, en Grecia. Había habido, es cierto, grandes conquistas, pero en realidad fue Alejandro quien, a la muerte de su padre conquistó todo esto y superó en mucho lo realizado con anterioridad.
El nacimiento de Alejandro

Alejandro nació un 19 de julio del año 356 antes de Cristo, mismo día en que un loco llamado Eróstrato incendiaba el hermoso templo de Diana, en Efeso. Se dice que Eróstrato quería dejar su nombre a la posteridad (cosa que al fin logró, y sin mucho esfuerzo).
Este templo, considerado una de las Siete Maravillas del Mundo antiguo, era un templo y edificio de gran importancia para los griegos. Por tal motivo, los habitantes de esos tiempos, interpretaron esto (basados en supersticiones de lo que eran muy creyentes), como una prueba y señal para el Asia, pues había ya nacido para ellos el que habría de sojuzgarla.
La familia

Los padres de Alejandro fueron Filipo, rey de Macedonia, y Olimpias, princesa epírota, hija de Neoptolomeo, soberano de los molosos. La influencia de ambos fue mucha, lo mismo que la de su estirpe. Los macedonios, si bien no eran tan puros como los de la Hélade, ellos sí se consideraban griegos. En cambio, los egipcios los consideraban y tenían por bárbaros. Así pues, Alejandro fue tomando de ambas ramas, el agua de ambas fuentes.
Sangre y temperamento
Por las venas de Alejandro corría sangre bárbara. Ello explica ciertas normas o patrones de su complejo carácter. Por una parte, un temperamento cambiante, que oscila entre una razón fría y calculadora, y la un temperamento vehemente y apasionado. Un personaje de grandeza con signos de grandeza.




Los maestros de Alejandro
Dicen (o al menos eso digo yo), que para explicar muchas cosas es necesario tomar en cuenta la educación recibida: primeramente la educación de los padres, luego la de la escuela. Y Alejandro no solamente tuvo excelentes padres; sino que, a su vez, excelentes maestros.
Su primer maestro fue Leónidas, pariente de Olimpias, quien trató de dominar el carácter rebelde de su discípulo. Se dice que Alejandro era indomable ante la fuerza y la autoridad, pero se doblegaba fácilmente ante la persuasión, el amor o las palabras.
De ahí que, para fortuna de Alejandro, su padre mandase llamar al filósofo Aristóteles, para que él, personalmente, se encargase de la educación de su hijo. Así, entre ambos, entre Leónidas y Aristóteles, harían de Alejandro todo un gran hombre.
                     La educación de Alejandro
Alejandro tenía trece años cuando Aristóteles empezó a educarle y ser su maestro. La influencia del gran filósofo fue decisiva en la vida de Alejandro, quien aprendiese grandes cosas con su maestro. Buen alumno, Alejandro se interesó grandemente por la cultura griega.
Le gustaba la literatura y sentía un particular interés por el arte heleno. Y fue a Aristóteles a quien cabe la gloria de haber imbuido en el gran conquistador ideas de generosa grandeza, rectitud y elevación de miras, tan escasas en gobernantes de aquellas épocas, aunque no mucho muy distintas de las actuales...
Gustaba de Eurípides y Píndaro. En lo que respecta a “obras de literatura” sentía una singular predilección por la Ilíada, su obra preferida. Una obra en cuyos personajes se proyectaba y/o identificaba. Le gustaba leer sobre Hércules, sobre el Olimpo, sobre Homero, sobre Helena. Le gustaba leer toda la obra, una obra muchos de cuyos trozos sabía y recitaba de memoria. Un libro que siempre cargaba bajo el brazo o su mochila.
Alejandro y sus anécdotas
Son muchas las historias, anécdotas y leyendas que se cuentan de Alejandro. Son anécdotas que nos muestran, de cierto modo, el carácter de Alejandro, su forma de ser y de pensar. Anécdotas que nos muestran su vida, historias que nos enseñan y señalan su alma.
Una de las primeras cinco o seis anécdotas que aquí relataré es conocida como la del “incienso”. Resulta que una vez se encontraba Alejandro ante el altar, derramando incienso ante los dioses. Su preceptor Leónidas se enoja, se acerca y le reprocha diciendo: “Para hacer tan abundantes ofrendas es preciso que esperes a que seas dueño del país del incienso...”. Más tarde, Alejandro fue el señor del Asia y envió a su maestro cien talentos de aromas para que no fuese un avaro con los dioses...
Una segunda anécdota se refiere a cuando en una ocasión Alejandro estaba practicando deporte y haciendo ejercicio. Alguien se acerca y le pregunta; “¿Y vas a participar en los juegos olímpicos?”, a lo que Alejandro responde; “Si mis rivales fueran reyes, por supuesto que sí”. Tal vez mucho “crecimiento” o mucho “creerse” por parte de Alejandro, pero algo que nos muestra de cómo era y cómo actuaba.
La tercer anécdota se refiere a la del caballo Bucéfalo. Resulta que un buen día un tesalio llevó ante Filipo (el padre de Alejandro) un caballo. El hombre quería 30 talentos por Bucéfalo, el nombre del caballo. De ahí que los más hábiles jinetes de la corte quisieran trepar en el caballo, domar este fiero y salvaje corcel, y hacerlo suyo.
Nadie pudo hacerlo. El equino parecía empecinado a bajar de su lomo a todo aquél que osara montar en él. Filipo entonces lo rechazó, si no fuera porque Alejandro, que estaba presente, les dijo: “¡Pero, qué bárbaros...! ¿Cómo es que puedan perder este caballo por su timidez e inexperiencia?”
El padre le reprochó su actitud diciéndole de paso: “Como si fueras tú a ser capaz de montar este caballo...”. Alejandro no se amedrentó y apostó el precio del caballo mismo, en caso de no poder apaciguarlo. El rey rió, lo mismo que la corte. La presunción de Alejandro era mucha.
Y... “¡Oh sorpresa...!”. Alejandro pudo. Se acercó al caballo, empuñó las riendas, vuelve la cabeza de éste hacia el Sol, pues había observado que el noble corcel se asustaba hasta con su propia sombra. Luego le acarició, soltó su manto, dio un ágil brinco y montó en el corcel.
Sujetó con fuerza las riendas, paseó por los espacios, y volvió a paso lento y tranquilo con un corcel agradecido. Vuelcan los aplausos, y, dicen los historiadores, que Filipo, al verle, le dice a Alejandro: “Hijo mío, busca otros reinos; Macedonia, el que poseo, es muy pequeño para ti y sé que no podrá satisfacerte...” .
           Sus primeros pasos como gobernante

Fue en el año 340 a.C en que parte Filipo para sitiar a Bizancio, dejando en Pella, capital de Macedonia, a su hijo Alejandro. Una prueba de fuego para él, pues habría de gobernar contando con tan solo 16 años. Pasa la prueba, Alejandro puede gobernar en ausencia de su padre Filipo. Este, más tarde, habría de enviar a su hijo Alejandro a un campo de batalla. Aquí, ya Alejandro, contaba con dieciocho años de edad.
Pasan los años y surgen desavenencias entre padre e hijo. Filipo se aparta de Olimpias para casarse con una bella macedonia llamada Cleopatra (no la de la película, aquella otra Cleopatra -una de las más famosas reinas de Egipto-, la que cautivara con su gran belleza a célebres guerreros como César y Marco Antonio).
Alejandro continúa el pleito contra su padre. Viene la boda de Filipo y Cleopatra. Este (Filipo), bebe demasiado. Se abalanza para reprocharle algo a Alejandro. Cae Filipo. Alejandro se vuelve y dice: “Macedonios, he aquí al hombre que se preparaba para pasar de Europa a Asia, pero que ni siquiera puede trasladarse de una mesa a otra...”. Así veía Alejandro a su padre. Un cuadro no muy digno, que digamos; pues, como vemos, se burla hasta de su padre.
Siguen rodando los años. Alejandro y su madre Olimpias se ausentan de la corte para irse a radicar entre los ilirios. Un corintio, Demaratros, hace que Filipo y Alejandro se reconcilien. Alejandro vuelve a Pella, y su madre adquiere nuevamente su antiguo rango. Filipo es más tarde asesinado en una boda. Lo apuñalan a la entrada de un teatro. Más tarde Alejandro sería proclamado rey.
                Alejandro es proclamado rey

A la muerte de Filipo, su hijo, Alejandro, asciende al trono de Macedonia y es proclamado rey, algo que logra sin mucha dificultad. Había, por supuesto, gente que se oponía, entre ellos muchos inquietos helenos que ardían en deseos de sublevarse.
Viene un Congreso (el Segundo Congreso de Corinto, allá por el año 336 a.C., en época de otoño, cuando caen las hojas), y, Alejandro, es proclamado oficialmente rey de Macedonia. Alejandro, un muchacho de apenas casi 20 años que pronto habría de demostrar ser un hábil gobernante, y que a los 30 años ya sería conocido como Alejandro el Grande, Alejandro Magno.
Alejandro: el gran rey, el gran conquistador
Fueron grandes las conquistas de Alejandro. Después de haber sometido a Grecia, se hizo conferir, en Corinto, el título de generalísimo de los helenos. Venció innumerables tropas. Se apoderó de Tiro y de Sidón, lo mismo que Jerusalén, Sidón y Damasco. Invadió y conquistó Egipto, fundó Alejandría. Atravesó el Éufrates y el Tigris, conquistando Arbelas, Babilonia y Susa. Quemó Persépolis y llegó hasta el Indo.
La importancia de sus conquistas


Grandes fueron las conquistas de Alejandro. Innumerables ciudades, reinos y regiones pasaron por sus manos. Enfrentó a grandes hombres, como a Darío III, rey de los persas, a quien luego de haber derrotado, le perdonara la vida.
Darío quiso llegar a un acuerdo proponiéndole a Alejandro el repartirse el reino, contestándole Alejandro “no puede haber dos soles en los cielos...”. Más tarde, alguien (ante la contrariedad de Alejandro), le cortaría la cabeza al Emperador Darío. Luego, Alejandro se desposaría con una hija del propio Darío.
A la muerte de Filipo, muchas ciudades griegas quisieron liberarse, pero Alejandro cayó rápidamente sobre Tebas. La ciudad fue arrasada por completo, quedando sólo en pie las edificaciones de los templos y la casa donde viviera el poeta Píndaro, a quien Alejandro mucho admiraba. Y así como esta, fueron muchas de las acciones que emprendió e hizo respetar Alejandro.
Alejandro: el gran imperio


Es de alabar, que una de sus ideas principales haya sido la de respetar las creencias y principios de todos los pueblos. Al conquistarlos no destruía ni su culto, ni su cultura, ni su religión. (Cosa que llevándola a términos prácticos y modernos se ve todo lo contrario en fusiones de bancos, empresas o cambios de autoridades). Su intención había sido la de formar un solo imperio de toda esta vasta región, sin tener problemas de ninguna especie.
Alejandro fundó más de 70 ciudades, muchas de las cuales le dieron su nombre (ciudades a las que se les conocía con el nombre de “Alejandrías”). Su idea había sido la de formar un Imperio Universal, que tendría como capital y centro principal Alejandría, una de las ciudades más importantes de todos los tiempos.
Alejandría: ciudad de ciudades
Alejandría, la única ciudad que fuese planeada antes de ser construida. Una ciudad, importante centro de cultura y del comercio. Una ciudad cuyas calles estaban pavimentadas y eran iluminadas por las noches. Una ciudad con un hermoso museo y una extraordinaria biblioteca que acomodaba medio millón de volúmenes. Una ciudad en que los científicos vivían con los salarios que les proporcionaba el propio gobierno...
Alejandría y el Imperio Universal
La ciudad fue grande, como grandes fueron las ideas de Alejandro. Su sueño gigantesco había sido el del Imperio Universal. Su imaginación ya había forjado este sueño, teniendo en Alejandría la capital de capitales.
Amigo y admirador de los persas, Alejandro empezaba a rumiar la idea de establecer estas costumbres. El mismo ya empezaba a vestir a la usanza persa, haciendo a sus soldados adoptar estas costumbres. Sin embargo, su principal preocupación fue la propagación del mundo helénico: un mundo unido que hablaría griego, y tendría las mismas creencias religiosas. Un mundo, tal vez utópico, pero que de todas formas o todas maneras pretendía esparcir la semilla de las ciencias, el arte y la filosofía.
Y siguen las anécdotas

Se dice que teniendo en mente este sueño de grandeza y de formar un solo y vasto imperio, una noche, en los últimos años de su vida, y una vez terminada la conquista de Oriente, Alejandro decidió que se celebrasen en una sola noche diez mil enlaces matrimoniales entre sus soldados y doncellas persas. Esto, buscando la fusión entre las razas.
Una anécdota más, que nos habla sobre la vida de Alejandro, es la del famoso “Nudo Gordiano”. Se dice que en Gordium, ciudad situada en el centro del Asia Menor, había un nudo que unía el carro y la lanza de un antiguo rey de Frigia. La leyenda señalaba que el que lograrse deshacer aquél nudo sería dueño del Asia.
Nadie podía desatar este nudo. Nadie había podido deshacer este “entuerto”. Alejandro, por lo tanto, quiso probar suerte y variando su ruta hacia esa ciudad se apersonó para resolver tal “dilema”. Al ver el nudo Alejandro rió, desenfundó su espada y de un solo tajo cortó el nudo dejándolo sólo en leyenda.
Diógenes
Como se sabe, Alejandro fue visitado durante su reinado por sabios, poetas y artistas, que estaban deseosos de conocer al joven rey. Únicamente Diógenes no se presentó. De él ya le habían hablado en Corinto, y en una ocasión, en que Alejandro andaba por sus rumbos, decidió hacerle una visita. Diógenes era aquél famoso hombre que vivía en un tonel, y al que se le atribuía que en cierta ocasión había recorrido la ciudad en busca de un hombre, sin encontrarlo.
Y Alejandro lo encontró... Como siempre, Diógenes se hallaba absorto en sus pensamientos, sentado junto a un muro y muy cerca del tonel. Y al preguntarle Alejandro si quería algo de él, Diógenes le contestó: “Pues no, solamente que te apartes de ahí porque me tapas el sol...”. Los cortesanos y acompañantes comenzaron a burlarse del filósofo, diciéndole que estaba ante el rey. Diógenes no dijo nada, y los cortesanos seguían riendo. Luego, Alejandro cortó sus risas diciendo: “Si no fuera Alejandro, quisiera ser Diógenes...”.
Alejandro, su imperio y su muerte

Como he relatado, Alejandro fue grande tanto por si mismo como por su imperio. Llegó a Persia, Asia, Tracia, Siria y Palestina. Tuvo uno de los imperios más grandes que jamás se hallan conocido. Llegó hasta Tiro, la capital de Fenicia. Luego iría hasta Egipto, Siria y los límites de la India. Su influencia aseguró la penetración de la cultura helénica en Asia y África.
Alejandro pudo haber seguido; pero, negándose los macedonios a ir más lejos, cansados ya los soldados de estar tanto tiempo fuera de sus hogares, nuestro personaje volvió a Babilonia. Ahí, ya cansado, aunque muy joven todavía, Alejandro muere a causa de una fiebre aguda causada por una enfermedad que hoy conocemos con el nombre de malaria. Tenía 33 años, años en que dio lo mejor de sí mismo. Años en los que hizo nombre: ¡Alejandro Magno…!

LADY DI







La princesa de Gales, más conocida con el nombre de LADY DI, nació en Park House, Sandringham (Norfolk), el 1 de julio de 1961 y falleció en el hospital La Petié Salpetrière de París la noche del 30 al 31 de agosto de 1997. Alcanzó popularidad mundial por su matrimonio con Carlos, heredero de la corona británica, su posterior divorcio y, aún más, por su prematura muerte.
Hija menor de John Spencer, octavo conde de Althorp, y de Frances Ruth Roche, Diana Spencer creció en una familia de la pequeña nobleza junto a sus dos hermanas, Sarah y Jane, y su hermano menor, Carlos. Pasó los primeros años de su vida en la residencia familiar de Sandringham, donde recibió su primera educación, de manos de institutrices. En 1968, tras el divorcio del matrimonio Spencer, Diana quedó bajo custodia paterna, y aquel mismo año ingresó en la escuela de King´s Lynn. En 1970 se trasladó al internado femenino de Riddlesworth Hall y en 1973 ingresó en West Heath, otro internado en el condado de Kent. Entre 1977 y 1978 estudió en Suiza y finalmente se estableció en Londres, donde trabajó para varias empresas hasta que en noviembre de 1977 conoció a Carlos, heredero del trono británico, con quien entabló noviazgo dos años después.
El 24 de febrero de 1981 el portavoz del Palacio de Buckingham anunció el compromiso oficial de lady Diana Spencer y el príncipe de Gales y, en adelante, Diana trasladó su domicilio a Clarence House, residencia de la reina madre. La boda de la pareja, que se celebró el 29 de julio de 1981 en la catedral londinense de Sant Paul y fue oficiada por el arzobispo de Canterbury, se convirtió en un acontecimiento social de repercusión internacional retransmitido por televisión a más de setecientos millones de espectadores. Convocó en Londres a más de un millón de personas y no faltaron a la ceremonia los principales miembros de la aristocracia europea y más de ciento setenta jefes de Estado.

El 21 de junio de 1982 lady Diana dio a luz a su primogénito, el príncipe Guillermo, en el hospital Saint Mary de Paddington. Aquel mismo año, la princesa realizó su primer viaje oficial en solitario, para asistir al funeral de Grace Kelly, princesa de Mónaco. En abril del año siguiente, Diana acompañó a Carlos a Australia y Nueva Zelanda, en el primer viaje oficial de la pareja. El segundo hijo de los príncipes de Gales, Enrique, nació el 15 de septiembre de 1984.
Aunque Diana trató de llevar una vida familiar dedicada al cuidado de sus hijos, en su agenda se imponía la limitación de los más de quinientos compromisos oficiales que el matrimonio estaba obligado a atender anualmente. Hasta 1985, la pareja no mostró desavenencias en público pero a partir de 1986 la prensa sensacionalista británica comenzó a publicar rumores de crisis matrimonial. A pesar de que la familia trataba de ofrecer una imagen de unidad, lo cierto es que cada vez se hacían más frecuentes los viajes de Diana en solitario y en mayo de 1992, después de regresar de la India y Egipto, saltaron a la opinión pública los primeros rumores de separación. La publicación de un libro de Andrew Morton sobre Diana, en el que el autor se reafirmaba en la tesis del fracaso matrimonial y la confirmación de que Carlos mantenía una relación con su vieja amiga, Camila Parker Bowles, convirtieron en noticia las especulaciones de los últimos meses. A principios de diciembre los príncipes de Gales se separaron, se anunció una relación sentimental de Diana con James Gilbey y se desató una auténtica guerra de acusaciones mutuas entre los defensores de la princesa y la casa real británica. Algunas fuentes revelaron entonces que tanto Carlos como Diana de Gales reclutaron periódicos nacionales para publicar sus propias versiones sobre el detonante de la ruptura. El matrimonio se rompió de forma definitiva en marzo de 1994 y el 29 de febrero de 1996 Diana aceptó divorciarse de Carlos.

En los años siguientes, Diana prestó su imagen pública a diferentes organismos humanitarios y apareció en multitud de actos en favor de los sectores más marginados de la sociedad. Entretanto, la prensa sensacionalista continuó explotando todas las facetas imaginables del personaje de lady Di. La propia Diana llegó a reconocer su adulterio y la lista, real o inventada, de los amantes de la princesa fue creciendo: a Gilbey se unieron los nombres de Barry Mannakke, Philip Dunne, Oliver Hoare y James Hewitt. El último hombre con quien se relacionó a Diana Spencer fue el millonario de origen egipcio Dodi Al Fayed. Ambos perdieron la vida en un espectacular accidente de automóvil, cuando trataban de evitar a los paparazzi y circulaban a gran velocidad por el interior del túnel del Alma en París. Lady Di fue enterrada en su localidad natal.

La muerte de Diana Spencer exaltó el fenómeno social de la "dianamanía" y la casa real británica, que al principio mostró no pocas reticencias, accedió al reclamo popular y celebró en su honor un soberbio funeral en Westminster, que fue retransmitido en directo por televisión y al que asistieron cerca de dos millones de personas.
La vida de Diana Spencer, tanto durante su matrimonio como después de su separación, fue objeto continuo de la atención de millones de seguidores y tema recurrente de la llamada "prensa rosa". Todas sus apariciones en público recibieron un tratamiento especial por parte de los medios de comunicación e incluso su peinado y su modo de vestir fueron imitados hasta la saciedad. Según la revista Majesty, Diana generó cerca de quince millones de libras en publicidad a los fabricantes de los artículos que utilizaba. Su popularidad superó en mucho a la de su marido, fue siempre considerada una madre ejemplar y tras su muerte hubo propuestas de canonización que, finalmente, fueron desestimadas.






Pese a los rumores de que la princesa fue adultera, comprobado está de que Diana Spencer cayó en la pesadilla mas terrible de su vida al aceptar su matrimonio con el príncipe Carlos de Inglaterra, solo ella sabe que tanto sufrió en ese calabozo de oro Inglés.


Fue una mujer luchadora y entregada, gustaba mucho de ayudar al prójimo y fue una gran madre.Su labor como embajadora de causas humanitarias fue una tarea de largos años. Antes de experimentar una especie de revelación, había prestado su nombre, más que su tiempo, a algunas buenas causas. "De repente notó que en el momento en que ella llegaba a un evento para recaudar fondos, se conseguía dinero", explicó la ya fallecida directora de la legendaria Harper's Bazaar. "A pesar de que no le gustaba demasiado vestirse de fiesta y dar un discurso, se dio cuenta al hacerlo que obtenía un montón de dinero".La fascinación que el público sentía por la princesa se tradujo en incontables cheques en blanco a favor de organizaciones benéficas. En una subasta, ella bromeó con Lord Jeffrey Archer, "Si Jeffrey quisiera, yo firmaría este mantel y conseguiríamos otras 11.000 libras". Sin perder un segundo, Jeffrey gritó: "¡Señoras y caballeros, su Alteza Real ha aceptado firmar este mantel!". Se equivocó: se vendió por 12.500.




Descanse en paz DIANA SPENCER.